lunes, 28 de junio de 2021

Un trabajo corriente- Relato Junio, #EstrellasDeTinta

Aquí mi relato de Junio para el #EstrellasDeTinta, espero que os guste y no olvidéis comentar 💙



Un trabajo corriente

Faltan doce minutos para las nueve y media de la noche, o lo que es lo mismo, pasan dos horas exactas de la hora en la que Georgina terminaba su jornada laboral. Eso oficialmente, claro. Georgina, siempre salía, por lo menos, dos horas tarde. Mas de una vez había tenido que trabajar pasada la media noche. Ojalá hubieran tenido la decencia de pagarle como mínimo las horas extra, pero al parecer, irse a vivir al fin del mundo y renunciar a su tiempo libre, eran algunas de las cosas que venían impresas en su contrato, en letra enorme y mayúscula, con una preciosa tinta invisible, en algún lugar entre una página y la siguiente.


Mete la fregona sucia dentro del cubo lleno de un agua que ya está gris, ligeramente y lechosa. Por un momento se plantea seriamente terminar de fregar sin cambiarla, el cubo es pesado y el grifo está lejos, pero solo es un pensamiento fugaz: sus manías, su buen hacer y la incapacidad de realizar mal su trabajo a propósito, empujan los malos pensamientos hacia el exterior en un sonoro suspiro: “ya casi está, venga”.


Carga el cubo y arranca a andar, al menos el trabajo le hará olvidar el frio que hace en el cuarto de mantenimiento, donde está el grifo. Recorre el camino con andares rápidos y pesados, haciendo ruido con sus magníficos tacones, funcionales pero con todo el estilo, y se mira en los espejos del lateral del corredor:


Vaya 52 años más bien puestos, Georgie— Se dice a sí misma en voz alta mientras se atusa el pelo, se yergue altanera y menea las caderas como en una pasarela de moda improvisada y de temática laboral.


Si su Antonio pudiera verla… Pero eso no iba a pasar. Después de treinta y un años de insulso matrimonio y dos maravillosos hijos, había decidido divorciarse en cuanto de habían independizado. Aún recordaba las afiladas palabras que le había soltado su suegro por el móvil en cuanto se había enterado de la noticia.


Pero mujer, ¿en qué piensas? Qué crees que le va a pasar a una pobre ama de casa cincuentona como tú, que no sabe del mundo, sin tu marido que te cuide? Si no sabes más que limpiar… Piénsatelo bien, te vas a arrepentir.


Y una mierda— le soltó tal cual antes de colgar la llamada con tanta fuerza que podría haber partido la pantalla.


Al instante buscó ofertas de trabajo y aquél anuncio apareció el primero, casi como si el destino dejara caer una estrella fugaz en sus manos: “Se precisa personal de limpieza, se ofrece alojamiento gratuito y necesidades cubiertas. Sueldo generoso. Disponibilidad inmediata y gusto por los lugares remotos”. ¿Que no iba a poder mantenerse? Con limpiar le bastaba, pensó. Y ahí está ella, solo un mes después, fresca como una lechuga y sintiéndose con treinta años menos.


Abre la puerta exterior y el frio helado la golpea en la cara. El almacén no tiene calefacción y el viento gélido se cuela silbando entre las grietas y recovecos de los conductos y rejillas. Claro que en el anuncio no decía nada del Ártico ni de una base secreta ni del acuerdo de confidencialidad que tuvo que firmar, pero qué mas da, vida nueva. Abre el grifo lleno de escarcha y el agua no fluye, está completamente congelada. No hay forma de que pueda llenar el cubo de agua ahí, así que piensa en un plan B. Regresa al pasillo cerrando a conciencia las puertas: No es un lugar en el que puedas tomarte a la ligera esa clase de asuntos. Mantener todo cerrado, seguro y calentito, en medio del ártico, es cuestión de vida o muerte. Sopesa si merece la pena colarse en alguno de los despachos, no hay personal de seguridad que pueda abrirle la puerta con la autorización pertinente y entrar sin permiso le parece una invasión al espacio personal y laboral de alguien. Quizá, también de más de una clausula del contrato.


De pronto, la visión de una de las puertas abiertas hace que suelte cubo y enseres. Da una sigilosa y corta carrera, colocándose en el ángulo correcto ante la entrada para ver hacia el interior de la estancia. La luz está apagada, pero un pitido musical emerge del interior. Con suavidad, empuja la puerta asomándose hacia el interior. No debería haber nadie. La sala parece desierta. Todos los monitores, esparcidos por todas partes, descansan en Stand by esperando al primer turno de la mañana: No hay nadie.


Enciende el interruptor de la luz y se dirige al único monitor que está encendido. La pantalla muestra un contador hacia atrás que parece haberse activado por error. La mesa está llena de porquerías, bolsas de patatas vacías, envoltorios, vasos de papel apilados con restos de café de varios días… Se notaba que alguien había estado haciendo horas extra. Por accidente algunos de los vasos se habían volcado, empujando el ratón hacia el borde de la mesa. El resultado había sido un pequeño caos desbordándose del escritorio y desparramándose por el suelo, formando manchas de café con la forma de algo muy parecido a las islas pitiusas y activando el sistema de autodestrucción del complejo. La temperatura había subido ya unos cuantos grados en los despachos y probablemente medio centenar en el exterior, hasta una distancia de setenta y tres kilómetros a la redonda, debía llevar ya un buen rato subiendo, según los parámetros del monitor.


A toda prisa, recoge el ratón del suelo, lo pone sobre el escritorio comprobando que todo funciona correctamente, y durante un par de minutos, se dedica a buscar la forma de detener la cuenta atrás. Nada que no haya hecho antes, de hecho, es la tercera vez esta semana que se activa la autodestrucción por accidente. Empieza a preguntarse si es algo saludable que suba tanto la temperatura de la zona cada vez que la lían, para ser una guarida de villanos, están siendo muy torpes y Georgina, empieza a pensar seriamente en pedir una paga extra por peligrosidad. Puede que sea buena idea reforzar el sistema de seguridad






Y eso es todo. No olvidéis comentar y aquí los parámetros:

Título: Un trabajo corriente.

Estrellas mes: 3.

Palabras: 1027.

Objetivo Relato: 7- Motivos del deshielo ártico.

Objeto oculto1: 20- Tacones.

Objeto oculto2: 19- Hielo.

Extras:

AVISO DE CONTENIDO SENSIBLE⚠

Sin


Aquí la Reco del mes, no olvidéis ojearla también:

Recomendación: Jesus, mayo

Enlace: https://elcuadernodejesusramirez.wordpress.com/2021/05/31/bajo-la-noche-estrellada-estrellasdetinta/

2 comentarios:

  1. Buenos días

    Pues leído tu relato de junio. Me alegro de que este mes te haya dado tiempo.

    Me ha parecido muy original la protagonista del relato. Lo último que piensas a la hora de leer un relato en una base ártica es en la limpiadora. Piensas en los investigadores, pero ¿en la persona que se dedica a limpiarlo todo? Muy bien.

    También me ha gustado el giro del final: resulta que una base secreta de villanos. Además, de villanos irresponsables. Menos mal que está Georgina para evitar la autodestrucción.

    Enhorabuena por tu relato y nos seguimos leyendo. Un abrazo.

    Juan.

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  2. Interesante relato. La verdad es que no te esperas que sea así la historia.
    La verdad es que el relato da un giro que no te esperas
    Saludos y nos vamos leyendo

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