Relato: Horas extra (abril #OrigiReto2019)

Con la mala suerte que me caracteriza traigo el relato tardísimo y con mil cosas pendientes, así que portaos bien y dejadme comentarios para que pueda saber si os gusta o no :P No estoy muy convencida pero prometo compensar el mes que viene y muy temprano ;3 Espero que os guste!

Horas extra.

Siempre llego tarde de trabajar, muy tarde y un poco zombi. Últimamente se ha vuelto una de esas desagradables rutinas que no se pueden evitar. Demasiado trabajo y demasiadas facturas. Es un mal momento para mí y para mi matrimonio. Pero hoy es temprano, por primera vez en semanas he conseguido media tarde libre: hoy solo trabajé nueve horas. Es más increíble todavía siendo viernes. Mi taller no está muy lejos así que, al menos, el viaje no me lleva mucho rato. Apenas son las cinco y cuarto cuando dejo el coche detenido frente a la puerta del garaje, quizá vuelva a salir. Me apetece pasar la tarde en familia, disfrutar de un buen rato de ocio y hacer algo distinto, tomar el aire juntos, merendar porquerías extra azucaradas en esa gofrería nueva, llevar al niño al parque, comprarle el disfraz de jirafa que no deja de pedir o ver una película de música, baile y canciones de esas con tambores que tanto le gustan. Siempre dice que quiere aprender a bailar, deberíamos aprovechar para ir a preguntar en esa academia de baile que vemos siempre, puede que tengan actividades infantiles para después del colegio.

Abro la puerta en un gesto rápido y saludo, me extraña que Floki no esté ya saltando sobre mí dándome la bienvenida, es un perro nervioso y me adora. Lo llamo de nuevo pero no acude. Es raro porque es del todo imposible que no me haya escuchado entrar. Tampoco oigo a mi hijo y eso me extraña más todavía. No suelo verlo al llegar los días laborables, normalmente ya está dormido para cuando regreso, por lo que esta clase de recibimiento es el pan de cada día, pero no esperaba encontrarme con una casa vacía hoy, a estas horas de la tarde. Asumo que no va a haber salida familiar y suelto el abrigo en el colgador de la entrada y las llaves encima de la repisa del recibidor, dejando escapar un suspiro de resignación.

Hace unas semanas la abuela vivía también con nosotros, hasta que se fue a un lugar mejor, para ser exactos, al barrio céntrico de la ciudad. Cansada de encargarse de una casa endemoniadamente grande, la puso en venta y se fue de alquiler. Necesitó un par de meses para ponerlo todo a punto y terminar la mudanza, así que, mientras tanto, había decidido quedarse con nosotros y disfrutar una temporadita del calor de una familia y de la compañía de su bisnieto. Y yo, pues también disfrutaba de ella, que al igual que todo el mundo en la familia, siempre hemos sido más bien de dormir poco y llegara cuando llegara, ahí estaba esperándome, dispuesta a compartir una taza de algo bien caliente y una charla confidente antes de ir a la cama.

Avanzo por el pasillo algo triste, pensando en qué hacer el resto de la tarde, dejo la bolsa en la encimera de la cocina y me sirvo un vaso de leche fría en una taza grande. Tengo sed, así que me lo termino de un trago y lo dejo en el fregadero. Es entonces cuando reparo en el montón de cartas que hay encima de la mesa. Casi todo es correo comercial en realidad: publicidad, facturas, catálogos de tiendas y supermercados y una interminable pila de propaganda electoral. La cartera solo pasa una vez por semana y se nota. Hay un único sobre abierto, separado del resto.

Es una carta del banco, el nombre de la entidad financiera está justo sobre el mío, junto a la dirección de esta casa. La abro y extraigo varias hojas, nada importante, es solo la información de los últimos meses, el extracto bancario. Echo un vistazo por curiosidad, no suelo mirar, pero hay pocas páginas, la cuenta es conjunta pero no solemos tener gastos fuera de los básicos: Luz, agua, tele por cable, Internet, los gastos del coche, la compra del mes... Todo prácticamente idéntico y en el mismo orden un mes tras otro. Hasta que de pronto encuentro un número extraño; 79€ en algo llamado “H. Golden Book”. No lo asocio con nada, no me suena. Creo que debe ser un error o alguna compra puntual que ha hecho mi marido y que desconozco.

En un segundo, reviso de nuevo el listado de movimientos. Lo encuentro otras dos veces más en los meses anteriores. Tres veces en total, siempre el segundo viernes del mes, como hoy. El tema ya me extraña, así que más por curiosidad que otra cosa, saco el móvil del bolsillo y hago una búsqueda rápida.

“Hotel Golden Book, venga a pasar con nosotros una estancia de cuento”.

El lugar es elegante, fino sin ser pomposo, con aires de “somos lo mejor que vas a encontrar por este precio y lo sabemos”, el problema es que yo nunca he estado allí.

Tomo aire con calma. Respiro profundamente varias veces, mientras una idea muy clara se va formando en mi mente.

Hace un minuto estaba haciendo planes para ir con mi marido y mi hijo al parque y ahora la escena se hace cenizas con el fuego de otro amor. Veo el mañana como un tornado, llevándose esas cenizas hechas con los restos de toda una vida y esparciéndolas sobre las esquirlas de mi corazón de cristal destruido en mil pedazos.

La vida de amo de casa ha sido demasiado para él, quizá yo no le atendí lo suficiente, demasiadas horas solo con el niño, trabajé demasiado... Y ahora se ve con alguien...

Se oye un ruido en nuestra habitación que corta mis ganas de llorar de raíz. Tres pensamientos pasan por mi mente en menos de un segundo: que hay alguien en casa, que quizá entraron a robar y que hoy es el segundo viernes del mes. Paso del miedo al terror en un instante y las rodillas me tiemblan. Está bien, no quiero alargar el asunto así que, más sin pensar que con valentía, me planto ante la puerta en dos zancadas y entro en la habitación hecha un mar de dudas.

—¡Cariño, esto no es lo que parece!

—¡¿Abuela?! ¿Qué haces aquí?

—¿No pretenderás que le sea infiel al abuelo en su propia cama?

—¡Pero si eres viuda desde hace ocho años!

—Sigue siendo su cama...

—¿Lo de pagar el hotel con la tarjeta también es cosa tuya?

—Uy, ¿quizá?... No creí que pudieras verlo en ningún sitio, no pedí tíquet... Habría pagado con la mía, pero la cuenta también era de tu abuelo. Sería feo...

—¿Y quién es esa señora?

—Es Ane, mi... Bueno, nos vemos desde hace un tiempo, aún nos estamos conociendo... Y para pasar a un nivel más intimo, pensé que sería más personal y económico cambiar del hotel a un lugar más hogareño... Saluda, Ane.

—Perdón, yo ya me iba...

—De eso, nada, usted se queda a cenar.

De pronto suena mi móvil y respondo saliendo de la habitación con un suspiro de alivio.

—¿Sí?

—¡¡¡Clara, cariño!!! He ido a tú taller y no estás, ¿donde estás? ¿Has ido a ese hotel? —Su voz suena llorosa. También escucho al peque, tratando de animarlo—. No me dejes, lo siento mucho, perdona por haber sido un borde...

—Tranquilo Ángel, no es nada de eso, ven a casa cielo. Parece que mi abuela tiene que contarnos algo...

Sobre el relato, diré que quería usar la definición de la palabra como infidelidad literal, a pesar de ser un tema complicado, y esta fue la mejor forma que se me ocurrió sin entrar en temas de debate xD. Espero que os haya gustado, dejo los datos y el contador de medallas, que las pegatinas las voy añadiendo en la entrada de microrrelatos que se actualiza cada mes y también está al caer ^^

Por último, os recuerdo que El #OrigiReto2019 es un Reto juego de escritura creativa del que podéis encontrar las bases en mi blog y el de Stiby y que ahora tenemos varias plazas libres por si queréis apuntaros 😊.

Abril

Título: Horas extra.

Objetivo: 14- Escribe sobre una infidelidad.

Objeto1: 2- Un disfraz de jirafa

Objeto2: 12- Una mascota

Palabras: 1182.

Pasa el Test de Bechdel: Sí.

Medallas:
Feminista: por protagonista mujer y Bechdel.

Verborrea Interminable: Primera del presente.

Contiene también:
Objetivo: 2- Crea un relato en el que aparezcan zombis.
Objeto: 10- Un instrumento musical.
Objeto: 17- Un tornado
Objeto: 30- Una llave.

Objeto: 20- Un ángel

(ACUÉSTATE YA ANDA, QUE ESTÁS KO... zzzZzzZzzZ.... VALE, QUE SOY YO LA QUE AÚN NO SE DURMIÓ ^ , ^U...)