Hola a todos, aquí está una vez más la pesada de turno para traeros un nuevo ejercicio de creatividad. Antes de explicar de que trata esta vez, me gustaría comentar lo especialmente animada que estoy estos días por haber terminado de escribir y corregir mi libro nuevo, y en cuanto pueda escaparme lo llevaré a registrar para ir enviándolo a las editoriales a ver si logro que me publiquen. Sé que es algo difícil de conseguir pero ahora mismo me siento bastante positiva, algunos conocidos se lo han leído y lo cierto es que las críticas son mucho mejores de lo que esperaba, así que aunque aún me siento bastante precavida con el tema para no llevarme una decepción, veo bastantes posibilidades de que mi trabajo llegue a buen puerto. Y dicho esto, vamos al lío (TÚ SÍ QUE TE LÍAS XD... Jopé, quería explicarlo jajaja).
El ejercicio que traigo hoy es una de las muchas versiones que pueden hacerse del binomio fantástico: eligiendo tres palabras al azar debes crear un título, y a partir de ese titulo desarrollar una historia con más o menos sentido. El título resultante de unir las tres palabras, como ya habréis supuesto, es el enunciado de esta entrada. Esto es lo que se me ocurrió:
De
cómo cambiar una bombilla con una bicicleta y terminar en la cárcel en el intento:
Era viernes y estaba animado por la llegada
del fin de semana. Había montado en la bicicleta para ir a ver a mi amigo
Amancio, que me invitó a su casa para jugar a su nuevo videojuego, y llegué a
su portal en un tiempo récord. Llamé al timbre de su piso y la voz de su
hermana me explicó que mi amigo había tenido que salir a por patatas fritas, así
que le esperé en el portal mientras anochecía.
Inquieto por la espera, el parpadeo incesante de la bombilla de la
entrada me tenía histérico: se encendía y se apagaba, se encendía y se apagaba…
así una vez tras otra, agotando mi paciencia a un ritmo incesante. Miré hacia
la luz con los ojos entornados y me decidí a actuar: apoyé en la pared el
manillar de la bici y subí al sillín para poder alcanzar la luminosa esfera de vidrio
y apretarla para intentar detener el parpadeo. Justo en ese momento, una vecina
del bloque: Doña Rodolfa (Una mujer rechoncha y de carácter agrio, que había
encontrado en mi persona una diana donde enfocar su odio hacia la juventud), que
al verme soltó un grito grave llamando a la policía. La señora, al verme de
aquella guisa, se pensó que trataba de robar la dichosa bombilla, y yo,
sorprendido en equilibrio y por el efecto del susto, perdí pie cayendo sobre Doña
Rodolfa, haciéndola gritar más todavía y provocándole un ataque de ira que
culminó en una golpiza sobre mi cabeza y mi consecuente pérdida de sentido.
Al
despertar, la policía me estaba esposando bajo la acusación de robo a una
propiedad privada, y se me llevaron a comisaría. Tras todo esto, y a pesar de
mi aturdimiento, los agentes no tuvieron compasión y sin creer mi versión de
los hechos, y dándole la máxima credibilidad a las explicaciones exageradas y
maliciosas de aquella maruja, me vi metido en la cárcel durante todo el fin de
semana acusado de vandalismo y sin poder jugar con mi amigo a su nuevo
videojuego, que encima se molestó por dejarle esperando el viernes.
Por lo menos me guardó la bicicleta.
Por lo menos me guardó la bicicleta.
Supongo que se entenderá por el título pero las tres palabras eran; bombilla, bicicleta y cárcel. Y eso fue todo por hoy, espero que os haya gustado y recordad darle al +MÁS+, comentar y compartir. ¡¡Saludines!!
(¿QUIÉN RAYOS CAMBIARÍA UNA BOMBILLA SOBRE UNA BICICLETA? NADIE... Uy, te sorprendería lo que se puede llegar a encontrar uno en un portal... NO ME DIGAS QUE LO HAS VISTO... Mejor te lo cuento otro día xD...)
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