Lobos
de instituto.
Dejemos
las cosas claras, no pretendía aniquilar toda forma de vida a mil
metros a la redonda del manantial, ni absorber toda aquella energía
como una jodida esponja. ¿Que murió gente? Alguna, sí. ¿Me
importó? Pues más bien no, sinceramente. Puedes pensar que carezco
de alma y humanidad, tendrás razón, soy un ser demoníaco y el alma
es cosa vuestra, pero los humanos no sois los más indicados para
lanzar reproches sobre matar criaturas indefensas y esos rollos, así
que ahórrate el cuento.
Total,
que me tragué la magia acumulada durante siglos en el fondo del
manantial, además de todas las vidas
que acababa de absorber a mi alrededor. La energía me desbordaba
volviéndome tan inestable que hasta el agua se desintegró dejando de nuevo una fosa vacía. Durante un tiempo no fui más
que un vórtice negro que se tragaba cualquier cosa que se acercara y
me había extendido lentamente por el bosque engulléndolo todo
entre nubes de ceniza.
Con
el tiempo, la gente dejó de acercarse. Los muertos no esparcen
rumores, así que me olvidaron y fui calmándome y acostumbrándome a aquella energía, adaptándome y moldeándola a mi antojo. No fue difícil,
en unos años aprendí a hacer de todo, desde desintegrar cosas a
voluntad (lo de “a voluntad” es la parte importante), hasta
tomar cualquier forma. Podía contener mi poder a cualquier tamaño,
no importaba. Me pregunté si realmente había importado en algún
momento o solo tenía miedo de enfrentarme a la mirada de Nia, Nora,
o como fuera que se llamara ahora... Soy de oscuridad y fuego, se
supone que no debería importarme tener el tamaño de un
portaaviones... Así que me dije, Noiz, mueve el puto culo y ve a
buscarla, porque eso de excusarte en que estabas esperando a que ella
viniera, como te prometió, es una jodida patraña.
Tardé
horas en llegar a La Catedral a vuelo rápido y solo esperaba que ella siguiera allí. Las protecciones mágicas impedían que pudiera
detectar nada del interior, y que ella no tuviera ningún poder
limitaba mi habilidad de sentir su presencia. No me quedaba otra
opción, debía entrar, ni siquiera me detuve a trazar un plan medio
decente, concentré mi energía en un punto minúsculo y pasé dos o
tres horas extremadamente largas, poniéndole a ese punto capas y
capas de contención. Cuando me pareció suficiente puse otras pocas,
luego tomé la forma de una brillante y tentadora moneda de oro -hay
que hacer las cosas bien, nadie se agacha por una de plata-, y me
dejé caer a las puertas del edificio. Con un poco de suerte alguien
me recogería y cruzaría la barrera llevándome, y esperaba que mi
energía pasara desapercibida.
¿Y
sabes? La vida es cruel y las cosas nunca van como quieres. Tuve que
salir en varias ocasiones de la ropa y pertenencias de personas
desconocidas en forma de humo negro causando más de un susto y
regresar a las puertas de La Catedral para tirarme de nuevo por el
suelo como hacen las monedas normales, hasta que salió bien.
Me
preocupaba activar las detecciones mágicas una vez dentro, pero ni siquiera al
cambiar de forma sucedió nada. A mi lado camorrero le pareció decepcionante, pero facilitaba
las cosas.
Me
había decidido por un conjunto Otoño-invierno de chico enclenque de
pelo negro, pequeño, para poder mirarla a los ojos cuando le dijera
que había venido a buscarla, que no iba a hacerle daño, que sabía
quién era ella y por qué teníamos un vínculo.
Y
mientras recorría los concurridos pasillos con el uniforme rojo de
estudiante Estándar, igual que ella, y la capa flotando tras de mí
como si fuera un personaje de novela cursi, me enteré de tres cosas.
La primera, que estaba en el lugar correcto, podía sentir su
presencia acercándose. La segunda, que era algún tipo de festividad
relacionada con el bastardo de Zoilo y que estaba a punto de llegar
una visita importante e inesperada. Y la tercera, chocarte con un
gilipollas siempre da problemas.
Sigamos
con la tercera.
Vamos
a ver, que de pronto se te embistan sin mirar, no es raro. Que aún
sin ser tu culpa debas disculparte, tampoco es para tanto. Pero que
aún disculpándote se pongan gallitos... Podía haber dado rienda
suelta a mi creatividad asesina y desintegraros junto a La Catedral y
tragarme la energía de las barreras y cualquier vida que hubiera
allí cerca, pero no quería llamar la atención demasiado pronto. Al
menos no antes de encontrarla.
Aquellos
cuatro mocosos me rodearon, seguros de sí mismos contra un
contrincante pequeño. Sentía a Nía venir hacia nosotros, así que
me limité a mirar al suelo mientras se burlaban de mi estatura
empujándome contra la pared.
-¿Eres
nuevo, enano? ¿Seguro que no te has equivocado de uniforme? Me
parece que eres un pequeño elfo y estás confundido, ¿verdad?
-¿Cuánto
mides?¿Medio metro?
Sus
carcajadas resonaron por los techos del alto pasillo haciendo ecos
extraños cuando Nía apareció. No había cambiado un ápice, sus
largos cabellos ondeaban a su espalda como una cortina de nieve pura
sobre su capa roja y su andar orgulloso ocultaba el miedo y la
soledad que la ahogaban. El centro de las miradas, envidias y
admiraciones, pero nadie caminando junto a ella.
Cuando
sus ojos me encontraron, pude sentir como su respiración se detenía.
Sonreí incapaz de disimular lo que despertó en mí tenerla cerca,
verla reaccionar a mi presencia, emborracharme del sentimiento puro
que le provocaba mi recuerdo.
-Lobo.
Lo
pronunció con tal claridad, que hizo que mi energía vibrara,
poniendo en peligro mi propia seguridad. Sabía que era yo.
Los
chicos se volvieron para mirarla.
-Vaya,
si es la Pequeña Princesa, ¿Es tu amigo, muñequita?
-¿Lobo?
¿Así te haces llamar, retaco?
Percibí
los sentimientos y preguntas atropellándose en su interior, llenando
de confusión sus ojos vidriosos. Quería llevármela de allí,
abrazarla y aclararlo todo, pero aquella panda de idiotas no me dejó
acercarme. Empezaban a tocarme las narices.
-¡Ya
entiendo! Aquí tenemos al Lobo Grande, Malo y Feroz, enamorado de
Nuestra Princesa Caperucita Roja -Intentó tocarla y le sujeté la
mano-. Te la acabas de ganar, chaval.
Me
arrastraron al baño de chicos mientras el recuerdo de lo que hice
ante Nía me borraba el buen humor. Tenían razón, era el Lobo Feroz
y estaba en el redil de las ovejas. Cuando la puerta se cerró,
sonreí de una forma distinta.
Septiembre
1
Título:
Lobos de instituto.
Ejercicio:
12- Usa un personaje conocido y mételo en un lugar, contexto o
situación inverosímil.
Todo
irá bien.
Nora
no reacciona cuando la puerta de los baños se cierra ante ella. Lobo
murió, pero sabe que es ese chico. Durante unos momentos, la
confusión y la racionalidad se imponen, llenando su mente de
preguntas y disparates.
Cuando
las campanas de la torre resuenan por los pasillos vacíos anunciando
el inicio de las clases, inhala repentinamente, como si el peso de su
asfixiante soledad hubiera estallado en millones de partículas de
oxígeno, enloqueciendo sus latidos y llenándola de vida. No sabe
como es posible, le vio morir, pero está ahí mismo. Y es humano.
Seca
una única lágrima, molesta consigo misma por haberse quedado
plantada cuando esa panda de abusones se lo ha llevado arrastras.
Avanza a paso firme hacia la puerta mientras plancha con la palma de
las manos su uniforme y abre de un empujón, entrando al baño
masculino.
La
vergüenza por haberse atrevido a entrar se le pasa al ver a Lobo
acorralado contra la pared de nuevo y la mano de uno de ellos manteniéndolo alzado por el cuello.
-¡Sueltalo!
-Grita furiosa ante la atónita mirada de todos.
Nora
no sabe que acaba de alargar la vida de ese chico. No ha podido
sentir el aura asesina de Lobo, ni su energía contenida apunto de
liberarse. Pero algo la empuja a seguir su instinto, tratando de
separar al agresor con todas sus fuerzas.
-Pero
qué valiente es la Princesita... -Sin esfuerzo, la levanta del
brazo. No le hace falta soltar a Lobo, pero lo hace para posar
presuntuoso- Eres ridícula, la vergüenza de La Catedral, no mereces
ser Noble. Seguro que el Duque te abandonó por tu tamaño. Lárgate.
Todos
ríen sin contenerse mientras la suelta de malas maneras y centrándose de nuevo en Lobo. Furiosa, Nora le patea la espinilla con todas sus
fuerzas.
El
abusón la abofetea desequilibrándola, pero Lobo la sujeta. Nora no
sabe cómo ha llegado hasta ella tan deprisa, pero una sensación
extraña le colapsa los sentidos. Se siente cálida, y un cosquilleo
le quema la punta de los dedos.
-Soy
Noiz, pero puedes seguir llamándome Lobo, si quieres.
-¿De
verdad eres tú? -Lobo sonríe por la pregunta- ¿Qué eres?
-Lo
que quieras que sea. Dílo y lo seré por ti. No me tengas miedo.
Nora
cree que jamás podrá tenerle miedo. Siente una conexión, como si
no pudieran seguir existiendo sin estar unidos. Cuando Lobo le cubre
los ojos con la mano, la sensación es tan cálida que la adormece.
Se
oyen gritos, movimiento, ruido de algo cayendo y una vibración en el
aire que se siente como chocar contra un muro.
Cuando
Lobo aparta la mano y Nora abre los ojos, hay ascuas flotando en el
aire, como si alguien hubiera soplado un pellizco de purpurina dorada
y roja. Le parece hermoso hasta que ve a tres de los chicos
inconscientes por el suelo. El que la ha abofeteado no está pero la
puerta no se ha abierto y Lobo está manchado de sangre.
-¿Dónde
está?
-No
está -dice encogiéndose de hombros. Me alimento de energía, de
magia, de...
-De
almas. Le has devorado, ¿eres un Demonio?
-Un
elemental -Lobo suspira, siente a Nia temblar y deja que se aparte.
-Matar
está mal, Lobo, no debes hacerlo... Cuando quitas una vida no puedes
devolverla. Habrá gente que llore, perder a alguien es terrible.
Aunque lo merezcan, eso te convierte en algo peor que ellos. No
puedes hacerlo.
Lobo
piensa en una existencia sin ella y de pronto lo entiende, puede
sentir el dolor de Nora, el significado de lo que ha hecho.
-Está
bien, no volveré a hacerlo.
-¿Vas
a hacerme daño?
-Nunca
haría eso. Estábamos casi enlazados, pero alguien impidió que el
ritual terminara.
-Los
humanos no pueden enlazarse.
-No
eres Humana -Silencio-. Nora no es tu nombre real. Te llamas Nía.
Escuchar
su propio nombre la desorienta. Siente que necesita aire, alejarse de
él. Su presencia le resulta cada vez más imponente. No sabe que
está empezando a percibir la energía oculta de Lobo y su propio
cuerpo se siente débil por la magia que ya no tiene. La sed la
ahoga, no puede respirar, el cuerpo entero le duele. ¿Por qué le
hormiguea el cuerpo cada vez más fuerte? Como si las venas se le
hubieran quedado sin sangre. Cuando sale al pasillo, Lobo la sigue, y
de pronto, siente acercarse una maldad que no recuerda pero que
conoce muy bien. Echa a correr por el pasillo por puro instinto, pero
un fuerte dolor en la espalda la hace caer al suelo.
-¿Qué
me pasa? Ayúdame Lobo... Duele.
Lobo
coge su mano entrelazando los dedos, pasándole una minúscula
descarga de poder mágico. Sus muñecas unidas hacen que las
cicatrices apenas visibles de un ritual de unión fallido, estén
juntas como siempre debieron estar. Sus nombres aparecen en luz
dorada sobre la piel del otro, Nía y Noiz. La mira a los ojos y
siente su confusión y miedo como si fueran suyos. Acaricia su pelo
con suavidad mientras las finas hebras blancas empiezan a iluminarse
una a una.
Una
fuerza arrolladora quema a Lobo por dentro obligándole a liberar su
energía, haciendo saltar todas las protecciones mágicas. La alarma
llena los pasillos de gente con prisas, pero Lobo le ve con claridad y
le mira de frente cubriendo a Nora, que se ha quedado inmóvil.
-No
sé si darte las gracias o matarte, Demonio. Me has devuelto a mi
adorable pyukee, pero puede que la desintegres si no dejas de
irradiarla con ese monstruoso poder.
-Quizá
si dejas de obligarme a liberarlo sea más fácil, Zoilo.
Mil
años de recuerdos brotan a la vez en la mente de Nora, como hormigas
saliendo a borbotones de un minúsculo agujero. El dolor es tan
intenso que grita a pleno pulmón reventando los cristales del
edificio. No puede controlarlo, las imágenes se amontonan, siente el
dolor de la tortura, caricias que no desea, visiones antiguas de un
mundo de luz, un sótano oscuro, frío, miedo, una falsa familia, el
sentimiento puro de su Lobo de Sombras, magia, un circulo de
invocación, una figura negra que se superpone con la realidad
mientras siente su sangre iridiscente recorriéndole la espalda.
Sus
alas han vuelto a brotar. Lo recuerda todo.
Ve
a Noiz acercarse, rodeado de una oscuridad aterradora que crece por
momentos. No le teme. Sabe que es suyo igual que ella le pertenece y
que Zoilo va a matarle.
Sujeta
con fuerza un pedazo de cristal que le corta la palma de la mano y le
da a Noiz el tiempo justo para abrazarla. “Sé bueno, todo irá
bien”, le susurra mientras corta sus propios cabellos en un gesto
ágil, liberando todo su poder recién recuperado.
Noiz
no puede hacer nada, una implosión de luz lo aprisiona y desaparece
viendo una lágrima con su nombre, acariciar la mejilla de Nía.
Septiembre 2
Título: Todo irá bien.
Ejercicio: 22- Relata una situación en la que alguien se vea obligado a cortarse el pelo por un motivo fuera de lo corriente.¡Y ya estamos! Espero que os haya gustado y os animéis a dejarme comentarios y consejillos, que me harán muy feliz ^^ Dejo la Super-Pegatina con mis OrigiPuntos del mes y os recuerdo que aquí mismo se añadirá el Ranking definitivo de septiembre, además del Ranking actualizado junto a las bases del OrigiReto. Hasta lueguito =^,^=
.KATTY.
@Musajue
(¿PERO QUÉ RAYOS KAT? NO HAS CONTADO LA MITAD DE COSAS... Calla jo, no cabía nada más :S Ya lo añadiremos cuando acabe el reto... ESO NO VA A PASAR ¬¬... Que sí, no seas bajonera...BAJONERA NO, REALISTA XD TIENES DEMASIADAS COSAS POR HACER JAJAJA...Cierto xD bueno esperemos que se pueda ^^ )
José Luis Pascual
ResponderEliminarhace 1 día - Compartido públicamente
Hola Katty!
Antes de nada, he de decir que no soy muy de fantasía. Sin embargo, me ha gustado bastante este par de relatos. En especial "Lobos de instituto", ya que tiene un punto de terror y de mitología oscura que está muy bien llevado. También me gusta el uso que haces de la primera persona en este relato, llevando al personaje a dirigirse al lector continuamente. Muy chulo ese recurso. Lo del personaje conocido, supongo que se refiere al lobo feroz, ¿verdad?
"Todo irá bien" también me gusta pero para mi gusto queda a la sombra del primero, tal vez por lo que comento de mi poca afinidad a la temática fantástica.
Te apunto un par de erratas que he localizado: "envistan", "apunto" (en lugar de a punto) y "inmobil".
Para terminar, decir que "Los muertos no esparcen rumores" me parece LA FRASE! Genial.
Saludos!
KATTY COOL
hace 21 horas
1
Editar
Hola, Jose Luis! Muchas gracias por tu comentario y por marcarme esas erratas. La verdad, me llevo mal con la ortografía... Se que leíste y comentaste mis relatos de enero y algunos más así que quitando julio que también comentaste, no recuerdo si leiste más, pero creo que ya sabes que es una sucesión de relatos que forman el na historia completa y probablemente termine mejorándolo una vez terminado el reto si logro terminarlo, para hacer algo con ello :P así que te animo a seguir leyéndome, que tus comentarios me animan mucho y espero seguir mejorando para que cada vez encuentres menos fallos ^^
Un abrazo y mil gracias.
.KATTY.
@Musajue
Mostrar menos
José Luis Pascual
hace 3 horas
+KATTY COOL Pues soy yo tan chulo que me salté los relatos anteriores! Es cierto que ya me lo avisaste, pero no me acordaba. Prometo arreglarlo tan pronto me sea posible!
KATTY COOL
hace 5 minutos
+José Luis Pascual Eso sería estupendo José Luis :3 Estaré esperando tus comentarios y consejillos ^^ Gracias de nuevo por leerme :P
Buenas Katty!
ResponderEliminarSobre el primer relato, me ha gustado mucho el tono burlon de la voz de Noiz, el desprecio que tiene dentro, y sobre todo ver sus intentos frustrados de ser una moneda a la puerta de un colegio ¡¡tenía que haber sido un caramelo!!
Y sobre su lado camorrista, pues, da un poco de miedo para qué te voy a mentir. No si está apunto de desintegrar todo sólo por un chaval maleducado... jajaja lol
Me ha dado mucha penita cuando llega Nía y en concreto por esta frase "El centro de las miradas, envidias y admiraciones, pero nadie caminando junto a ella.". Y también miedo lo que pueda pasar en el baño. Me encanta la cara que me imagino de Noiz cuando le dicen "te la acabas de ganar, chaval". LOL I think not ! xd
Me ha gustado mucho este relato, me parece buenísimo. Pero es que el segundo no se queda atrás. El momento en que se dan la mano es muy fuerte y genera incluso tensión cuando lo estás leyendo. Este relato me ha atrapado muy fuerte y no he podido ir pensando en qué comentarte, pero decir que están ambos genial! Y que me ha encantado la mención al ritual. Enhorabuena.
Gracias :3 me alegro de que te gustara!!! Espero que quede un poco mejor cuando le de un buen repaso cuando lo tenga todo. Me ha animado mucho tu comentario, un abrazo preciosa, los mios están al caer ^^
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