sábado, 30 de junio de 2018

Origireto de junio: primer relato.

¡Hola gentecilla! Voy a dejar por aquí disimuladamente mi primer relato del mes de junio para el #OrigiReto2018, sin tiempo, para variar, y trabajando como loca en el segundo. Os informo de que corresponde al capítulo 11 del proyecto y que para que tenga sentido es importante que leáis los relatos en orden de publicacion: podéis encontrarlos recopilados aquí, junto a algunos audios. Las bases del reto las encontraréis en este blog y el de Stiby, ¿os animáis a participar?



Cancioncita para acompañar:
Helios- Portraits Pt. 2




Compañía.


Durante los siglos XV y XVI las guerras del oro sembraron la discordia entre la población mágica y humana. Humanos y criaturas habían convivido pacíficamente durante siglos, dando lugar a un imperio prospero. Hasta que el emperador Zoilo decretó que la hibridación entre ambas especies era una aberración que mermaría sin remedio el poder mágico de las futuras generaciones de criaturas mágicas. La prohibición era absoluta y trajo consigo normativas estrictas y recompensas por delatar a los infractores. Informar sobre un híbrido, una relación mixta o un posible embarazo de padres de diferente especie, era recompensado con diez monedas de oro. Cualquier otra información relevante, con dos.

Esto derivó en una avalancha de nuevos ricos y el confinamiento de montones de híbridos, que según la voluntad del Gran Emperador Zoilo, no debían existir. Por ley, todos serían sacrificados en la Fosa del Diablo, una grieta natural en la tierra, tan profunda que no podía verse el fondo. Situada en los bosques de la capital, recibía la visita de miles de personas para ver como arrojaban a criaturas inocentes a la oscuridad de aquella fosa común.

La raza humana se dividió entre amigos de lo mágico y hostiles. Como resultado, las criaturas mágicas terminaron al borde de la extinción.

La batalla terminó Gracias al Gran Emperador, que impuso una tregua. Los híbridos continuaron prohibidos, pero terminaron las recompensas y se designo un batallón para ese cometido.


Trescientos años después, la erosión y los cambios del curso de las aguas subterráneas, convirtieron la Fosa del Diablo en un manantial de vida. Se decía, que la magia acumulada de las criaturas sacrificadas llegó a ser tanta, que el agua del manantial poseía propiedades curativas.


Nora no sabía nada de eso. Estuvo enferma, muy enferma, hasta que despertó. Flotaba en el manantial y su padre la sujetaba en la superficie, como si lo hubiera hecho cientos de veces. Y el lloró y la llevó a casa en brazos. Ella no recordaba nada. Ni siquiera su nombre.

Aprendió de nuevo como hablar, comer, andar, y memorizó su nombre como si jamás le hubiera pertenecido. Su padre la adoraba, la peinaba, la vestía y la alimentaba con un amor que rozaba lo obsesivo. La sobreprotegía de tal forma, que Nora no tenía permitido salir de los jardines de la mansión salvo en ocasiones especiales y siempre en compañía.


Años después, hubo una fiesta. Mucha gente fue a visitarles, llevaron regalos y todos querían saludarla. Nunca había visto a tanta gente y no le gustó. Su padre le regaló un precioso vestido turquesa con volantes para la ocasión, pero cuando todos se fueron y pudo quitarse el gorro, le dolía la cabeza del tenso recogido. Su padre le ordenó mantener su cabello oculto: no gustaría a los demás si era diferente. Nadie más tenía los cabellos blancos, ni ojos verdes, ni piel pálida.

Después de la fiesta, sus padres discutieron. Su madre gritaba tanto que podía oírla desde el jardín.

¡Eres idiota, Eru! ¿Crees que por esconderle el cabello a esa coneja creerán que es tu hija? Todos se han dado cuenta.
¡Ella es mía! No la llames así, maldita sea, ya no las tiene.
¡No es tuya! Esa mocosa nunca será lo que quieres que sea. Sabes cuanto la detesto, a los dos, por hacer esta fiesta para presentarla en sociedad como algo que no es.
¿Quién te crees que eres?
¡Tu mujer! Quién calienta tu cama y a la que tocas como quisieras hacerlo con...
Nora, cariño...

Eru la interrumpió al ver a su hija adoptiva por la ventana abierta. Había oído la conversación y salió corriendo de los jardines, llorando descalza.

Por alguna razón terminó en el lago. Los pies le sangraban y no había dejado de llorar. No fue la mejor de las maneras para descubrir que era adoptada. Metió los pies en el agua y se sintió mejor. Despacio, fue deslizándose hacia el interior y, cuando se hundió, en su cabeza se agolpaban mil pensamientos. ¿Por qué no le dijeron que era adoptada? ¿Por qué no recordaba nada? ¿Cómo no se dio cuenta, siendo tan diferente a sus padres? ¿Desde cuando era su padre? ¿Y cómo podía creer nada de lo que le había dicho su padre hasta ahora?

Perdida en ese mar de pensamientos, ni siquiera sintió que se estaba hundiendo en el manantial hasta que algo tiró de ella hacia arriba, con tanta fuerza, que casi le arrancó el brazo.

Lo siento, Nora. Lo siento mucho. Quedate conmigo. Te lo oculté, eres adoptada, quería decírtelo, pero eres tan pequeña. Quería ser tu padre un poco más...

El abrazo de Eru la dejaba sin aire, pero Nora lo entendió. Él la quería y al fin y al cabo, no tenía a nadie más.

Siento haberme ido corriendo, padre.
Nunca debes volver aquí, ¿entiendes?


No respondió y años después, volvía al manantial a escondidas. Nada había cambiado en su vida. Tampoco la prohibición de salir, aunque se escabullía al bosque, a pesar de los rumores de que había algún tipo de criatura maligna suelta. Nora, no se lo creía.

Lo que vio aquél día junto al agua no parecía maligno, pero sí algo asqueroso. Era como si algo se hubiera derretido por la orilla. Hasta que encontró aquellos ojos mirándola y entendió que estaba vivo. Terminó dejándole una manzana. Cuando volvió, días después, se había comido la mitad y parecía moverse más ágil.

Con el tiempo, fue a verle cada vez más a menudo, le alimentó con cosas distintas y aquella criatura viscosa fue cambiando de forma. Se volvió más grande, rápida e inteligente. Pronto empezó a seguirla y a esperarla cada vez más cerca de su casa.

Una mañana, bajó de puntillas la escalinata, agarró entero el asado de faisán, y corrió hasta la puerta de las cocinas. Al abrirla para ir a buscar a su nuevo amigo, este ya estaba esperándola. Había tomado la forma de un enorme y extraño cachorro de lobo, de ojos azules como el neón y al verlo se le cayó el faisán, que aquél ser devoró sin compasión.

¡Me has asustado! Escondámonos, ¡no pueden verte! —Nora empezó a construir un escondite cerca de la casa para su amigo, mientras le contaba cosas y él la escuchaba sin rechistar— ¿Sabes? Hay algo que se llama adoptar. Mi padre me adoptó y por eso es mi padre... Bueno, yo no quiero ser tu padre, pero a lo mejor si te adopto, te podrías quedar conmigo y no me sentiría sola...

Nora no lo vió, pero por un segundo, los ojos del animal centellearon.




Título: Compañía.
Ejercicio: 7- Relata una adopción peculiar.
Género: Fantástico

Eso es todo por ahora, en un ratito espero tener el segundo del mes, deseadme suerte ;3

.KATTY.
@Musajue


(Vaaaale, perdoname u.u... ASÍ NO VALE :/.... Está bien, está bien: Siento mucho no haber tenido tiempo para preparar debidamente los relatos, haber estado en una condición anímica pésima que no me dejaba ni pensar, y haber estado tirando de ti, NukeBunny, mi lado creativo, para suplir con imaginación lo que no pude hacer con racionalidad. No puedo dedicarle tiempo a escribir y hasta el lado creativo se cansa si tiene que hacer todo el trabajo. Te pido perdón, te llevas todo el merito de los últimos meses y también de este... ... ... Vamos, estoy siendo sincera aquí :S... SABES LO RIDICULO QUE ES QUE TE PIDAS PERDÓN A TI MISMA, ¿VERDAD? XD... Idiota, no te burles de mí :S...VAMOS, ME GUSTA ESCRIBIR, SOLO NECESITO UN POCO DE AYUDA, SÉ QUE LO HAS PASADO MAL, DÉJAMELO A MÍ, AHORA TODO IRÁ MEJOR ;3... Vale, está bien, ¿tenemos tiempo?... ME OFENDES, VE A HACER LO QUE QUIERA QUE HAGAS CUANDO ME TOCA SALVARTE EL CUELLO... ¡Eh!... BUENO, PUEDES QUEDARTE A ADMIRAR CÓMO TRABAJO SI TE PORTAS BIEN, QUIZÁ APRENDAS ALGO XD... Creída xD Venga, tú puedes :3...)

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