miércoles, 31 de octubre de 2018

OrigiReto de octubre: primer relato

Pues vaya que si ha sido de miedo este octubre y lo está siendo esta noche de Halloween, portatiles muriendo, tormentas, caídas de internet cósmicas y fallos en el suministro eléctrico entre otras cosas, pero

contra viento y marea aquí tenéis mi primer relato de octubre, (no os preocupéis por el segundo, qué gracias al evento de recuperación de septiembre está al caer ;3)

Este relato puede verse sin problema independiente al resto del proyecto #OrigiReto2018 y espero que os anime a comentar y a querer leer más de ello. Podéis saber más del OrigiReto en esta entrada del BLOG y en el blog de Stiby





Sin voz.


Roberto Patuñez está loco. Completamente trastornado, desequilibrado y ha sufrido una existencia penosa e injusta desde su nacimiento. En realidad, tiene un problema médico con el que no nació, surgido a raíz de un trauma infantil. Cuando era muy pequeño, un incendio quemó su casa, a su familia y el 80% de su cuerpo incluido uno de sus oídos internos. El calor derritió sus juguetes y cuando trató de gritar sus cuerdas vocales y parte de sus pulmones se cocieron. Roberto oye mal y no puede hablar, pero no trata de evitar a Soto cuando lo ve venir. Roberto también es lento, a veces va en silla de ruedas, pero hoy lleva el andador, se siente bien.

—¿Te has enterado? —Roberto no sabe a qué se refiere, pero Soto no le da opción a responder aunque quisiera—. Han encontrado a un tipo.

 La habilidad de palabra no es una de las cualidades de Soto. Roberto nunca entiende nada de lo que le cuenta de todas formas. Desde que el antiguo director del centro psiquiátrico, un tipo rancio y amargado de 89 años, falleció hace una semana, se permite a los pacientes el acceso libre a los jardines y Roberto se ha convertido en el blanco de sus largas charlas unidireccionales. No le importa, nadie más le habla, le tienen miedo. El personal no da conversación y no se fía de los internos que no le temen.

—Han empezado a demoler el edificio antiguo, por seguridad dicen. El que lleva clausurado desde los años 40. Tío, nadie sabía por qué esa mierda seguía en pie. Y va la excavadora y se hunde. ¡Había un sótano debajo, lleno de celdas! Te juro que lo he visto. Pero eso no es lo mejor...

Soto se calla cuando pasa uno de los enfermeros novatos encendiéndose un cigarrillo.
—¡Kiko, Gilipollas, que está el Patu aquí! ¿Quieres que le dé un ataque al ver la llama, como la otra vez? Enciéndelo más pallá, que no pareces enfermero. Dame uno pa luego, ¿no?

El Enfermero sonríe, se llevan bien. Le da el cigarrillo pero no lo enciende. Roberto sabe que la ya superada adicción de Soto lo dejó mentalmente incapaz, pero sus actos no dejan de demostrarle que es una buena persona. No sigue hablándole hasta que el enfermero fumador se va.

—En una de las celdas encontraron a un pavo atado con correas... bueno, no un pollo con plumas y eso —Roberto hace un ruido ronco cuando se le escapa una risotada—, me refiero a un tío, como en las películas, ¡pero que estaba vivo el colega! Lo más fuerte es, que esa celda no solo estaba en un edificio que lleva cerrado 80 años, si no que estaba tapiada.

Roberto siente un escalofrío. Si en algún momento le había parecido divertido, había dejado de serlo. Decide sentarse y soltar el andador, le duelen las manos.

—Además, puede que alguien consiga sobrevivir mogollón de años teniendo comida y esos rollos, como en los bunkers de los apocalipsis zombis, pero ese tío estaba totalmente inmovilizado. Tendría que ser más viejo que el difunto director, pero Kiko dice que uno de los nuevos oyó que no aparenta ni los 30 y que parece una momia.

Roberto no sabe que pensar. La idea fugaz de que es una broma de Halloween se desvanece, conoce a Soto y sabe que, cierto o no, el lo cuenta porque lo cree. Se tranquiliza al imaginar que tal vez pudo ser alguien que cayó al sótano durante el derrumbe, una broma, un error... Quizá jamás lo descubra.

Esta vez, Soto no alarga de más su charla, Roberto sabe que quiere fumar y no tarda en alejarse en busca de más cotilleos. 

Se levanta del banco poco después, recuperando el andador, y vuelve a paso lento hacia el edificio antes de que la luz del sol desaparezca por completo y la noche caiga sobre los arbustos de los jardines del centro. No le gustan los reflejos rojizos del atardecer cambiando el color de las hojas. 

Cuando entra en el despacho deduce al momento el descontento del Psiquiatra.

—¿Qué tal se siente hoy Roberto? —pregunta el doctor, entrelazando los dedos de ambas manos bajo la barbilla.
—“Bien”.

No habla en realidad, está aprendiendo a comunicarse con él usando el lenguaje de signos.

—Tengo noticias que darte, tienes nuevo compañero, pero primero, ¿no tuviste ningún ataque hoy? —Roberto niega— Pero ayer sí, ¿cuántas veces van ya esta semana? Solo era un encendedor por lo que sé... No estamos haciendo ningún avance y tienes preocupado al personal con tus ataques de pánico y alucinaciones. Y a mí también.

Roberto no sabe todavía como mandar a la mierda en lenguaje de signos y decide salir de la habitación y dar la terapia por terminada. Cree que "terapia" es un mal nombre, debería llamarse “pinchar al pez globo a ver si explota”. No quiere tener ataques de pánico cada dos por tres, no tiene miedo a propósito, ni quiere colapsar, ni le gusta sentirse un estorbo cada vez que tienen que ir corriendo a calmarlo y ponerlo hasta el culo de pastillas para superar una de sus crisis.

Decide saltarse la cena, está de mal humor y no quiere verse con nadie. Cuando entra en la habitación puede sentirlo en el aire. La luz no funciona y avanza con titubeos. Ve a su nuevo compañero en cuanto se sienta. Está mirándolo desde el suelo de la esquina y no dice nada. Le hace un gesto pero no se mueve.

Se pregunta si será el tipo que nombró Soto.

Da un paso atrás cuando ve sus ojos brillar como ascuas. Ya no sabe si es real. Quiere dar la alarma, pero teme represalias del psiquiatra, así que solo se tumba en la cama hasta que el miedo hace que se le salten las lágrimas. Cierra los ojos para no verle la piel, agrietandose cómo tierra reseca por la que se escapa ese resplandor naranja.

Desea poder gritar con todas sus fuerzas pero ni siquiera puede respirar, el pánico se le ha metido en la garganta como agua helada. El botón de alarma está demasiado lejos mientras descubre que el calor que siente sobre su piel quemada es real y al abrir los ojos, algo que no es humano está de pie junto a él, envuelto en llamas, como si llevara un traje con vida propia, o algún tipo de mascota inquieta y sobrenatural, chisporroteando y expandiéndose por la habitación. El destino del que se libró una vez, ha vuelto a terminar el trabajo. 

Antes de que su corazón se detenga de puro miedo, ve como ese ser se convierte en un lobo negro con pelaje de fuego.




Octubre 1
Título: Sin voz.
Objetivo: 2- Escribe una historia de terror que suceda en un manicomio.
Género: Terror.


Bueno eso es todo, pronto más relatos (y otras cosas ;3) Gracias por leer y no olvidéis comentar.

(.... ... ... ¿Qué?... NADA... ¿Por qué vas disfrazada de pavo?... PORQUE ES HALLOWEEN O.o ¿CUANDO SI NO QUIERES QUE ME DISFRACE DE PAVO?... Esto es porque aún no te deje contar el chiste, ¿no?... :3 ... No, sigues sin poder contarlo xD... JOOOO, SI ES SUPER BUENO XD)

9 comentarios:

  1. Fueeeego fueeeego en el manicomio xD Me ha gustado mucho la descripción de Roberto Y me encanta compartir objetivo de mes *_*

    Y he pensado en que un lobo de fuego es súperepico de la muerte, a la par que malrollero xD

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    1. Ahhh!!! Gracias por el coment ^^ aun me faltan un par tuyos que no me he olvidado xP
      Pues, es un personaje que sale en bastantes de los relatos de este año ;3 un abrazo y animo con el NaNoWriMo! Le vamos a dar duro :P

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  2. Buenos días

    Como me ha pasado más veces, había leído este relato pero todavía no había comentado.

    Me ha parecido bastante terrorífico y, desde luego, cumple con el objetivo de relato de terror que sucede en un manicomio. Está muy bien logrado todo lo referente a esa... cosa que estaba... bueno, ya sabes, que no quiero desvelar cosas de la trama.

    Por supuesto, lo que sucede al final tiene toda la relación con el narrador. Lo del lobo negro con pelaje de fuego me ha llamado la atención: es una imagen con fuerza por el contraste.

    Un saludo.

    Juan.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Juan! En realidad el lobo negro con pelaje de fuego es uno de los personajes protagonistas de la historia que estoy creando con todos los objetivos del #Origireto2018 :P Algunos pueden ya sea por separado como este, aunque aún nos falta uno de octubre que subiré este mes, con la recuperación del mini evento de septiembre :P

      Me alegro de que te gustara. Un saludo y ánimo con los tuyos también!

      .KATTY.
      @Musajue

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  3. Me ha sorprendido mucho. Al principio pensaba que no tenía nada que ver con el resto de tus relatos, pero al final sale el lobo y me he quedado como: OMG ES ÉL. Y el comentario de Neswina y tu respuesta me lo han confirmado. Ahora estoy más intrigada xD.

    Y, bueno, me ha gustado mucho el ambiente logrado del relato y los personajes. Por desgracias realistas el enfermero y el psicólogo que no tienen ni idea de cómo hacer bien su trabajo lol.

    PD: Me ha hecho gracia lo de "no sabía cómo mandar a alguien a la mierda en lengua de signos" xDDDD. De pronto yo también quiero aprender a hacerlo. Aunque supongo que levantar el dedo corazón ya se entiende xDD.

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    1. Jajaja :P me alegro de que te sorprendiera ^^ y si bueno, creo que es bastante importante meter reacciones normales y cosillas cotidianas en los relatos, no importa qué cuentes, le da ese punto que ayuda a quien lee a conectar con los personajes, a empatizar y también a creerselonun poco más :P

      Muchas gracias por el comentario :3 estaba muy vacía esta estrada sin ti xD

      Un achuchón wapa <3

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  4. ¡Hola!
    Por fin por aquí. Como le ha pasado a Evans, al inicio pensaba que no tendría nada que ver con tus otros relatos, pero luego aparece el lobo y OMG, entonces entiendo que es ... ¿Mucho antes del resto de tus relatos? ¿Mucho después?

    El ambiente del manicomio está súper bien, con las manías del protagonista temiendo al fuego, saliendo de la consulta con una rabieta, con retrocesos en su terapia, etc, etc, etc.

    Me ha parecido una negligencia terrible lo de que el enfermero encendiese un piti tan cerca de un enfermo que teme al fuego, pero como también dice Esther, por desgracia este tipo de negligencias de gente que pasa de hacer bien su trabajo se dan muy a menudo.

    Me ha gsutado el toque realista del relato aunque enlace levemente con los otros que son más fantásticos. Incluso se nota que has cambiado un poco el registro del narrador para hacerlo más "kinki". Te ha quedado muy bien.

    Un beso!

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    1. Yey! Gracuas por leerme wapa :3 Sí, sé que no parece conectado, pero en parte es la gracia, porque ademas da aire fresco a la historia y permite que quien no la sigue desde enero pueda leerlo suelto también ^^

      Me encanta cambiar de narrador tambien, la forma de ver la situacion, el lenguaje... Creo q ayuda a cambiar el ritmo y te obliga un poco a cambiar el chip al hacer un salto en la historia :P

      Gracias por comentar, me has alegrado la noche :3 un abrazo wapa.

      .KATTY.

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  5. Buenos días

    ¡Ah! El mismo lobo que aparece en tus cuatro relatos anteriores. No capté la relación, creía que era otro lobo :)

    Un saludo.

    Juan.

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